El día de hoy les presento la penúltima entrega de una serie de 11 destinos distribuidos en 7 países del Continente Europeo donde les contaré el recorrido realizado junto con mi compañero de vida en nuestro inolvidable viaje de Luna de Miel.

¿Dónde está ubicada Roma?
Roma es la capital de Italia y pertenece a la región de Lacio. En otras reseñas como la de Pisa les he contado más de cómo está dividida Italia en regiones. Está ubicada a orillas del río Tiber (¡es impactante cómo la gran mayoría de civilizaciones florecieron en las riberas de los ríos!) y rodeada de las históricas 7 colinas: la colina Palatina, el Aventino, el Capitolio, el Quirinal, el Viminal, el Esquilino y el Celio.

La nación más importante de la era antigua.
La tradición construyó la historia de Roma entre el mito y la realidad. Será imposible separarla y no es mi intención cuestionarla, pues si alguna nación merece creer que su origen es sagrado o divino sin duda, esa es Roma.
Como lo dice el libro Historia Social de Roma, “la comunidad urbana de Roma se modeló bajo el dominio etrusco y a imagen etrusca; hasta su nombre procede de una estirpe etrusca (Ruma)”. Esta es una de las hipótesis de donde proviene el nombre de Roma, Ruma que significa ‘ubre’ y que se relaciona seguramente con la leyenda de la fundación de Roma donde Rómulo y Remo son alimentados por una loba.

Roma se convirtió en el germen de una gran potencia social, económica y cultural. La influencia de Roma se expandió primero en territorio italiano durante tres siglos y luego más allá del mundo mediterráneo durante dos siglos. El imperio romano estuvo asimilando los sistemas económicos y culturales de las ciudades que conquistaba. Transformando el mundo conocido, dando paso a la nueva era y formando parte de la última etapa de la historia antigua.
¿Cómo fue nuestra aventura por Roma?
¿Cómo llegar a Roma?
Iniciamos nuestra travesía desde Pisa, Italia tomando un camión que nos llevaría hasta “La ciudad Eterna” como es llamada popularmente Roma. El costo del boleto puede oscilar actualmente entre 14 € y 26 € y puede durar desde 5 hasta 7 horas. Lo adquirimos directamente en Flixbus.

Normalmente las estaciones donde abordas el autobus y donde te dejan en tu destino suelen estar bastante despobladas y si llegas con bastante anticipación (como fue nuestro caso) puedes temer que no vaya a llegar tu transporte, pero no te preocupes ya que los autobuses son bastante puntuales y estarán listos unos minutos antes para que puedas abordar sin problema.
Llegamos de madrugada a Roma y bastante cansados. Nuestro habitación en la ciudad nos sería entregada hasta las 10 am, por lo que caminamos hasta la estación del tren que sabíamos que era el lugar donde podríamos refugiarnos del frío (que afortunadamente era menor que el que habíamos percibido en países del norte de Europa).
Roma Pass.
En la estación de Tren Termini decidimos adquirir un pase de 72 horas que nos permitía visitar una lista de sitios importantes en Roma a precio preferencial, usar de forma gratuita la red de transporte público urbano ATAC, dos entradas gratuitas a museos o sitios arqueológicos de tu elección, descuentos en eventos y un precioso mapa de Roma que nos fue muy útil en nuestra estancia y que aún conservo. Si deseas más información para adquirir la Roma Pass te dejo el link a la página oficial del sitio aquí.
Un buen desayuno romano.
Cuando dieron las 8 am decidimos buscar un lugar para desayunar que estuviera cerca de nuestro hotel y encontramos como opción el Snack Bar Roma Lazio (no tienen sitio web) donde ofrecen desayunos que nos parecieron apetecibles: café, pastelillos y baguettes. Su personal no es extremadamente cordial pero la atención que recibimos nos pareció adecuada por la cantidad de clientes que había. Este sitio queda cerca de la estación de tren Manzoni.

¿Dónde hospedarse en Roma?
Habíamos finalizado nuestro desayuno y nuestra host del B&B que habíamos rentado nos contactó que venía un poco retrasada para recibirnos.

Allí comprobamos y en otras ocasiones durante nuestra estancia, que si bien Italia pertenece a Europa, no es un país que se distinga por la extrema puntualidad como otros que conocimos y pues bueno como mexicana no podía juzgar demasiado ja, ja, ja, ya que muchos extranjeros critican el sentido de la puntualidad que tenemos en México.
La casa de huéspedes o Bed and Breakfast donde nos hospedamos se llama Dama di Roma y queda muy cerca de la estación Manzoni que se encuentra relativamente próxima a la zona del Coliseo Romano y a 10 minutos a píe de la estación de tren Termini. La habitación es cómoda, sencilla y el precio bastante accesible. Además te ofrece un sobrio desayuno de café y galletas cada mañana.
Dejamos nuestras maletas en la habitación y recibimos algunos consejos de nuestra anfitriona que nos sirvieron bastante: el lugar con los helados más ricos en Roma (del cual les platicaré más tarde) y una de las pizzerias más sabrosas de la zona.
El coliseo romano
Nuestra primera parada cultural en Roma fue en el imponente Coliseo Romano como comúnmente es llamado pero su nombre original era Anfiteatro Flavio. Un lugar que servía para el entretenimiento en la antigua Roma y donde los gladiadores vivieron sangrientos combates donde siempre el desenlace era la muerte de alguno de los combatientes a manos de bestias o de hombres.

Cada año más de 5 millones de viajeros ingresan al Coliseo Romano. Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, además de ser una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Nosotros aprovechamos para ingresar al Coliseo Romano con nuestra Roma Pass que por las 72 horas que la habíamos adquirido incluía la entrada gratuita a 2 museos o sitios arqueológicos. La entrada normal de adulto tiene un costo de 12€ y hay precios especiales o entradas gratuitas para ciudadanos de la Unión Europea. La página oficial del Coliseo la puedes ver aquí.
Otra ventaja es que la entrada al Coliseo es combinada con el Palatino y puedes disfrutar de la majestuosidad de los dos lugares al precio de uno.

Estar en el Coliseo Romano es sin duda una experiencia de vida. A cada paso, te sientes transportado a los primeros años después de Cristo. El desgaste del lugar es evidente, pero cada piedra que falta en la arquitectura del anfiteatro te obliga a completarla en tu mente e imaginar cuál fue el esplendor de ese sitio y a lamentarte por las vidas humanas y animales que se extinguieron allí para entretener a los espectadores.
El Palatino y el Foro Romano
Destinamos toda la tarde a pasear por el Palatino y disfrutar de los lugares que alberga el Foro Romano.

En el Monte Palatino, donde vivía la clase alta de Roma, se siente una gran tranquilidad mientras convives con la naturaleza y observas sitios que conservan su magia como los Jardines Farnesianos y el Hipódromo de Domiciano. Este lugar es en toda regla lo que podríamos llamar un museo al aire libre. Un sitio que ha albergado tanta historia y que ahora en ruinas -luego de que todo su mármol fue saqueado- aún conserva vestigios de lo que fue su grandeza.



En el Foro Romano lo que más nos impactó fue el Arco de Tito construido por Domiciano para conmemorar las victorias de Tito y ha sido fuente de inspiración en la construcción de otros arcos tan conocidos como el Arco del Triunfo en Francia.

El Vaticano.
El día siguiente estuvo dedicado a visitar el país más pequeño del mundo, el Vaticano, la residencia del Papa, jefe de la iglesia católica. Desde que era niña quería visitarlo y ahora de adulto para mi era un privilegio conocer lugares en los que mi abuela paterna y mi madre siempre han añorado estar por la fe que profesan y por distintas causas no han podido cumplir ese objetivo.

En las galerías del Museo Vaticano podrás encontrar las más de 700 mil piezas de arte que son propiedad de la Iglesia y donde la que más me impresionó fue la escultura de Laocoonte y sus hijos. Pero sin duda lo que se ganó mi total asombro fue la decoración realizada por Miguel Ángel de la bóveda de la Capilla Sixtina donde el fresco que popularmente se conoce como “La creación de Adán” es el que más resalta.
La entrada incluye la Visita a los Museos Vaticanos y a la Capilla Sixtina. La entrada general cuesta 17,00 €. En este museo recomendamos mucho adquirir por 7,00 € más el servicio de audioguía ya que ese sencillo reproductor de audio te describirá las obras de arte que contemples y te permitirá conocer curiosidades de las mismas, que de otra manera no tendrías oportunidad de saber. Para comprar las entradas al Vaticano de manera sencilla puedes hacerlo a través de la página oficial aquí.
Villa Borguese y Galería Borguese
La tercer jornada que permanecimos en Roma decidimos usar nuestra Roma Pass nuevamente para ingresar de forma gratuita a la Galería Borguese que se encuentra dentro de la Villa Borguese, un gran parque en la ciudad lleno de magníficos edificios y fuentes. La página oficial del sitio la encuentras aquí, pero al momento de esta publicación se encuentra desactivada. La entrada general ronda los 20,00 €.

Esta galería debe su nombre a que gran parte de lo que se expone era de la colección del cardenal Scipione Borghese quien era un ferviente admirador de Caravaggio y Bernini. En el lugar también podemos encontrar obras de Tiziano, Rafael, Rubens o incluso Boticelli.
Nuestras piezas favoritas de la Galería Borguese fueron: “El rapto de Proserpina” de Bernini y el androgino retrato que pinta Caravaggio en “Muchacho con una cesta de frutas”. Sin duda merece totalmente la pena recorrer esta galería completamente, así como recorrer sus jardines y disfrutar del aire puro y el canto de las aves.

La fontana de Trevi.
Si sólo se me permitiera regresar a un lugar en toda Roma nuevamente sin duda elegiría volver a ver la Fontana de Trevi. Para mi y para muchos es la fuente más hermosa del mundo. Fue construida por Nicola Salvi durante 30 años. Él no pudo disfrutar su obra terminada pues murió antes. Es imposible verla sin gente arrojando monedas y pidiendo deseos, pero quizás eso es lo que la hace aún más mágica de lo que es.

Panteón Romano
No estamos hablando de un cementerio al referirnos al Panteón de Agripa, sino a un antiguo templo romano. Procede del griego ‘pantheion’ que significa “todos los dioses”. Lo que más llama la atención de esta construcción es un “oculo” o abertura central que te permite mirar el cielo desde dentro. La razón que se haya conservado tan bien con el paso del tiempo es que fue usado como iglesia y actualmente es llamada la Iglesia de Santa María La Rotonda o Basílica de Santa María y los Mártires. De hecho Pantheon alberga los restos de Vittorio Emanuele II, primer rey de Italia.

Las pizzerias italianas.
De los alimentos que Italia ha heredado al mundo sin duda el más famoso es la pizza. Nosotros llegamos a Italia con la gran ilusión de probar la mejor pizza, sin embargo nos dimos cuenta que nuestro paladar trataba de reconocer el sabor de la pizza que se realiza en México (que normalmente es más abundante en ingredientes y se combina con deliciosos aderezos como la chimichurri o alioli).
La realidad es que en Italia se prepara y se sirve muy diferente: extremadamente cuidada en sus porciones, sin aderezos y el número de sus ingredientes es reducido, pero a pesar de ello con mucho estilo.

Durante nuestra estancia probamos una pizza de queso mozzarella y anchoas en Pizzeria Imperiale, la cual adquirimos inspirados en el platillo favorito de las Tortugas Ninja ja, ja, ja y que resultó demasiado salada para nuestros paladares, pero que en general estaba sabrosa y crujiente si quitábamos las anchoas. Desde entonces rechazamos estos “pescaditos” en cualquier platillo. ¿A ti te gustan las anchoas?
Cerca del Vaticano probamos una pizza donde los dueños del lugar intentaron darnos las salsas más picantes para acompañarla, pero cualquier salsa que nos ofrecieron picaba menos que el chile que le ponen a los dulces y que los niños mexicanos toleran sin llorar. Desafortunadamente nos parece que esa pizzeria ya no existe ya que no pudimos encontrar en la web evidencia de su actual existencia.
Por último encontramos la que para muchos es la mejor pizza de Roma, Pizzeria Da Baffetto. Al menos para nosotros si lo fue, sus pizzas están bañadas de queso y son muy suaves. El lugar no es nada ostentoso, pero con orgullo muestra fotos como evidencia de que artistas muy importantes de la talla de Russell Crowe AKA “Gladiador” han comido allí.

Los mejores gelatos en Roma.
Hay una deuda que Italia tiene con China, ya que lo que Marco Polo de Venecia vio en sus travesías, inspiró para la creación del gelato. Los italianos se encargaron de perfeccionar la técnica del sorbete de agua chino y nosotros nos dimos a la tarea de probar tantos helados como pudimos en nuestra estancia por la ciudad eterna. Entre los que recordamos con más gusto están: Flor Gelato, Venchi y Gelateria della Palma.
Pero el mejor que probamos fue uno que los locales prefieren y se encuentra un poco alejado de las zonas turísticas: Palazzo del Freddo. Este lugar tiene desde 1880, cuenta con muchísimos sabores y siempre te ofrecen panna (crema batida especial), sus precios son bastante accesibles y algunos días tienen diferentes promociones. ¡Te aseguro que entre tanto sabor no sabrás cuáles elegir, pero todos son garantía!

Despidiéndonos de la Ciudad Eterna.
Así toca llegar al final de nuestra estancia en la bella Roma, una ciudad que a donde volteas cuenta historias del pasado y mantiene la emoción de su presente vibrante. Todos los caminos llevan a Roma, así que algún día volveremos a encontrarnos.
Por la complejidad de este post me llevo más de un mes el realizarlo. Espero que lo disfruten y que los consejos que aquí les dejo les sean de utilidad.
Estamos a punto de llegar al final de nuestro viaje, sólo nos queda un destino por narrarte. A donde iremos es la ciudad más ecléctica del mundo, espera a ser iluminado por ella. Ya tienes disponible esa reseña aquí.
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